Bizcocho del convento

 


Este es un bizcocho que se sale un poco de lo convencional. No se trata del típico bizcocho básico del yogur ni nada parecido. Por las cantidades de la receta el bizcocho debe estar bastante tiempo en el horno y la gente suele pensar que es una barbaridad y el bizcocho se va a quemar. No, es cierto que se forma una «costra», pero es esponjoso y jugoso por dentro. La elaboración es un poco más larga porque hemos de separar las yemas y las claras, pero esa es una de las claves del éxito y por lo que queda esponjoso. Merece la pena hacerlo. Os voy a explicar cómo hacerlo. Lo he versionado cambiando el aceite, cambiando la harina, y sustituyendo la leche por yogur y nata. Queda igualmente delicioso, así que os voy a detallar en los ingredientes las opciones.

Ingredientes:

4 huevos tamaño L

400 gr. de harina de fuerza (o mitad de fuerza y mitad de repostería)

325 gr. de azúcar (200gr +125 gr.)

250 ml de leche (o 1 yogur de limón + 125 ml de nata líquida para montar)

250 ml. de aceite (de oliva o de girasol, según el gusto)

ralladura de limón (si se prefiere)

1 sobre de levadura (16 gr.)

esencia de vainilla


Procedimiento:

Precalentar el horno a 170 grados con calor arriba y abajo. Preparar un molde engrasado o forrado con papel vegetal. Para estas cantidades al menos de 26 cm de diámetro si es redondo, o de 25 x 25 si es cuadrado. Yo he utilizado este último. Si os parece mucha cantidad (es cierto que queda grande) podéis dividir los ingredientes a la mitad y utilizar un molde de 20/22 cm de diámetro. He probado y queda buenísimo igualmente.

Separamos las yemas y las claras


Batimos las claras a punto de nieve. Les ponemos un pellizco de sal para facilitar que suban y vamos añadiendo los 125 gr. de azúcar progresivamente. 




Batimos las yemas junto a los 200 gr. de azúcar hasta que blanquee.


A esta última mezcla le añadimos el aceite, la leche, la esencia de vainilla y la ralladura en caso de que así lo queramos.



Añadir poco a poco la harina y la levadura que previamente tamizaremos.


Por último vamos a añadir las claras montadas. En este paso hay que ser pacientes, hacerlo en tres veces y con movimientos envolventes para que no se baje la mezcla.

Una vez están integradas por completo ambas mezclas, lo vertemos en el molde y lo llevamos al horno por una hora y 10 o 15 minutos. Hay que controlar un poco cada horno. Insisto no creáis que se quema, si lo retiráis antes de tiempo se puede quedar crudo por dentro. 


Una vez terminado, lo desmoldamos sobre una rejilla cuando se haya enfriado y espolvoreamos con azúcar glas.


Espero que os guste y os animéis a probar


¡Hasta pronto!

Angélica Moreno

Comentarios

Entradas populares de este blog

Granola

Rosquillas de naranja

Donas