Rosquillas de naranja

 





Llevo muchos, muchísimos años, probando cientos de recetas diferentes de rosquillas tradicionales. La mayoría de ellas, circulan de boca en boca y sus cantidades son bastantes imprecisas por lo que no te aseguran el éxito. He probado con diferentes marcas de harina, de aceite; con el aceite crudo o frito. Siguiendo la sabiduría popular, probé en cocina gas porque era algo de importancia... En fin, una desesperación por lograr unas rosquillas que no se pusieran duras rápido, que no salieran pringosas, que no se desintegraran al ponerlas a freír. Pero nunca me rendí y seguí intentándolo, hasta que, por fin, di con la clave. Por fin logré pulir una receta y medí con exactitud los ingredientes. Porque en aquellas donde te pone el zumo de una naranja... obviamente cada naranja da una cantidad de zumo diferente. Si hablamos de un puñado de... o una cucharada de... Prefiero gramos para los ingredientes principales, es la medida más perfecta que puede manejarse. Yo he hecho dos huevos; es decir, he dividido las cantidades a la mitad. Podéis dividir o multiplicar las cantidades en función de la cantidad de roquillas que queráis. 

Dicho todo esto, os comparto mi exitosa receta y los trucos para hacerla. 


Ingredientes:

4 huevos tamaño L

150 gr. de zumo de naranja

170 gr. de aceite de oliva virgen

250 gr. de azúcar

2 sobres de levadura

una pizca de sal

un chorro de aguardiente o anís dulce

esencia de vainilla

ralladura de naranja

Según el gusto se puede añadir anís molido y canela molida.

900 gr. aproximadamente de harina de repostería.


Procedimiento:

Batimos los huevos junto al azúcar. 



Añadimos el aceite, el zumo de naranja y la ralladura



 Añadimos el resto de ingredientes y vamos integrándolos, dejando para el final la harina tamizada junto a la levadura.



Debe ser una masa suave y manejable. Dejamos reposar durante una hora tapada con un paño limpio.



Transcurrido este tiempo ponemos una sartén con abundante aceite de girasol a fuego a medio. Para ayudarnos a formar las rosquillas, nos untamos con aceite las manos. Tomamos un pellizco y hacemos una bolita, sin presionar demasiado para no apelmazar la masa. Hacemos una agujero en el centro y le damos forma. Al ponerla en el sartén, nos ayudamos de un palito de madera para que el agujero no se cierre al crecer. Lo vamos a introducir en el agujero y hacemos que la rosquilla  «baile» en el aceite. 





Una vez frita, se deja escurrir sobre papel de cocina absorbente y se pasan por azúcar y canela si nos gusta el toque de esta última.




Las vamos colocando en una fuente hasta que estén frías. Esta es la cantidad que me ha salido con dos huevos. Todo dependerá del tamaño que le deis. A mí me gustan tamaño donuts. 


Espero que probéis y os gusten

¡Hasta la próxima!


Angélica Moreno

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