Pastel de queso japonés
Son cientos de recetas las que estoy deseando compartir con vosotros, pero esta, que la he incorporado recientemente, me tiene fascinada y va a tomar la delantera a otras muchas que practico desde hace años. La textura y consistencia tan esponjosa de este pastel, hace que se perciba en la boca como si fuera terciopelo. Al cortarlo se puede escuchar el aire que contiene, como si de una esponja, propiamente dicha, se tratara. Los ingredientes son bastantes comunes por lo que no entraña dificultad, y si sigues escrupulosamente los pasos, el resultado será todo un éxito. No solo con esta receta; en general la repostería requiere ajustarse a los tiempos y pasos en la elaboración, así como en la exactitud de las cantidades, para obtener un resultado final óptimo. Voy a daros los detalles necesarios para que os quede perfecto.
Ingredientes:
200 gr. de queso crema (de untar)
6 huevos de talla L
80 ml. de leche entera
90 gr. de harina de uso común
100 gr. de azúcar
55 gr. de mantequilla sin sal
1 cucharadita de esencia de vainilla
una pica de sal
(opcionalmente se puede añadir ralladura de limón)
Procedimiento:
Lo primero que haremos es poner el horno a 160 grados con calor arriba y abajo. Forramos el molde con papel vegetal. Para esta cantidad yo he utilizado un molde de 20 cm de diámetro.
Separamos las claras y las yemas. Tamizamos la harina. En un cazo ponemos la leche y la mantequilla y lo calentamos hasta que se integre todo. Añadimos la esencia de vainilla y la ralladura de limón, en el caso de que así lo deseemos. Mezclamos esta preparación con el queso y la harina e iremos incorporando las yemas una por una hasta integrarlo todo, obteniendo una masa suave. En un bol seco y limpio ponemos las claras con un pellizco de sal. Montamos a punto de nieve y vamos incorporando el azúcar paulatinamente.
Una vez tenemos las claras montadas, hemos de integrar ambas mezclas. Lo haremos poco a poco, en tres veces, y con movimientos envolventes de abajo a arriba. Vertemos la mezcla en el molde y lo colocamos sobre un recipiente para horno con agua para cocinarlo al baño maría. Pondremos el agua ya caliente.
Mantenemos la temperatura seleccionada (160 grados) durante 40 minutos. Transcurrido este tiempo, bajamos a 130 grados y lo mantenemos otros 40 minutos. Una vez finalizado el tiempo, lo dejamos dentro del horno apagado otros 15 minutos. Hemos de tener paciencia, este paso es importante para que no se nos baje el pastel.
Reposamos diez minutos y desmoldamos con cuidado. Una vez esté frío lo espolvoreamos con azúcar glas. Para evitar que te salgan grumos, ya que el azúcar glas absorbe mucha humedad, puedes tamizarlo utilizando un colador. Así se esparcirá el azúcar en forma de lluvia.
Comentarios
Publicar un comentario